Cuando nos disponemos a cambiar nuestra placa vitrocerámica siempre nos entra duda, de que poner si una encimera vitrocerámica o inducción.
Desde luego las ventajas que ofrecen la encimera de inducción son múltiples. Cabe destacar su mayor rapidez en la cocción y su menor consumo eléctrico, que tal como esta el precio de la luz ya es una ventaja significativa.
El cristal de la encimera inducción no alcanza una elevada temperatura, por lo que es una ventaja significativa para hogares en los que tengan niños, ya que si estos alcanzan la zona de cocción, nunca se quemaran. Además el hecho de que no se caliente el cristal, hace que si se nos derraman líquidos, estos no se requeman por lo que su limpieza es más cómoda y fácil.
El hecho de que las encimeras inducción calienten generando un campo magnético al entrar en contacto con un metal, sin entrar en contacto el cristal, hace un mayor aprovechamiento calórico respecto al vitrocerámico. Además estas encimera presentan un mayor avance tecnológico respecto a las vitrocerámica y por ejemplo podemos programar la zona de cocción que deseemos y que se apague transcurrido un tiempo. Existen también placas de inducción con zonas de cocción gigante, que se activan cuando el metal entra en contacto con la superficie.
Entre sus desventajas, quizás el hecho de que los utensilios que usemos (ollas, sartenes, cacerolas…) tengan que estar preparadas para este tipo de placas de inducción. Su precio no lo es, porque podemos encontrar encimeras de inducción desde 249 €, como es la encimera inducción Schneider que ofrecemos en promoción en nuestra tienda online.
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