Con la llegada del tiempo invernal es cuando más nos acordamos de las secadoras. Así por ejemplo, ¿que pasa cuando tendemos el uniforme del colegio de nuestros hijos y no se nos seca? Es sobre todo en estas situaciones cuando nos arrepentimos de no haber comprado ya una secadora. Un electrodoméstico que siempre había estado asociado a un consumo energético elevado, pero como vamos a comentar en este post, esto ya no es así.

Sí por algo se caracterizan las secadoras con bomba de calor es precisamente por su reducido consumo energético. Así una secadora de condensación con bomba de calor A+++ puede proporcionar un ahorro de entorno a unos 60 €/año, respecto a una secadora de clase B. Pero este ahorro es aún mayor, sí lo que tenemos en nuestro hogar es una secadora de evacuación, cuya clasificación energética podría ser C o D.

Pero aún hay más, estas secadoras al utilizar el sistema de condensación la podemos instalar en cualquier lugar de nuestro hogar, ya que no necesita salida de tubo al exterior. Además incorporan sensores de humedad para gastar sólo la energía necesario en función de la carga de ropa incorporada. Por último el calor de estas secadoras es menos agresivo, lo que hace que la ropa no sufra tanto desgaste.

En definitiva hemos visto como con estas secadoras se desmonta el mito de que las secadoras gastan mucha energía. ¡Esto ya no ocurre! Son secadoras inteligentes que cuidan de nuestra ropa. La capacidad de carga de estas secadoras pueden oscilar entre los 7 y 9 kilogramos y el precio de las mismas se adaptan a las distintas necesidades de los usuarios. Así que es hora ya de comprar una secadora con bomba de calor en nuestro hogar.