Si eres de esos usuarios que vas a poner un lavavajillas por primera vez y no quieres morir en el intento, te vamos a dejar una serie de consejos prácticos, para conseguir que tus vajillas y cubiertos estén brillantes, tras el proceso de lavado. Tenemos que tener en cuenta que un lavavajillas es uno de los electrodomésticos que tienen un mayor consumo eléctrico, por lo que es recomendable, que cuando lo usemos sea completo, aunque tenga disponible la función de media carga. Tampoco es recomendable llenarlo a tope, porque entonces el lavado no sería tan efectivo y no conseguiríamos los resultados deseados.

Una vez que nos disponemos a cargar el lavavajillas, tenemos que saber cuál es la distribución adecuada. Tenemos que saber  que los platos los tenemos que colocar en las rendijas de la parte inferior de nuestro lavavajillas, de cara siempre al interior. Mientras que vasos y tazas los colocaremos en la parte superior , siempre con la cara hacía abajo. Los cubiertos los colocaremos en las cestillas, siempre con el mango hacía arriba. Mientras que ollas y sartenes debemos colocarlas en la rendija inferior y hacía abajo. Una aclaración, si estás están sucias y con grasa podemos aclararlas con el programa de aclarado de nuestro lavavajillas.

Una vez finalizado el lavado sería recomendable que no abriéramos las puertas del lavavajillas, hasta transcurrida una media hora aproximadamente. Así lo que conseguimos, es que el vapor de secado, seque por completo nuestros cubiertos, vajillas y utensilios. Así de esta manera, los tendremos listos para poderlos de nuevo almacenar. De igual manera es muy recomendable que cuando nos dispongamos a comprar un lavavajillas este sea de bajo consumo energético y respetuosos con el medio ambiente. Así conseguiremos un significativo ahorro en nuestras facturas de agua y luz.